El pasado miércoles 4 de julio, la comunidad científica mundial, en particular la comunidad de físicos
teóricos del mundo, se vio estremecida por los resultados reportados por el Centro Europeo para la Investigación Nuclear (CERN), que aseguran la existencia del bosón de Higgs o la llamada coloquialmente “partícula de Dios”.
Una partícula que ha sido buscada por diferentes equipos por más de cinco décadas, pero de cuya existencia tenemos indicios rigurosos recién a partir de los resultados entregados ese miércoles, gracias a datos proporcionados por el Gran Colisionador de Hadrones.
Joel Saavedra, profesor del Instituto de Física de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso y doctor en Física, comenta que “este resultado constituye uno más entre los espectaculares avances que ha tenido la ciencia en los últimos años, pero en sí representa un tremendo salto al mismo tiempo para la humanidad, ya que estamos cada vez más cerca de
entender cómo funciona el mundo de los ‘ladrillos’ fundamentales de la materia: el mundo de los quarks, partículas subatómicas que forman protones y neutrones (top, bottom, charm, strange, up down); y el de los leptones (el electrón y sus parientes)”.
DIFERENCIA DE MASA
El académico, especialista en cosmología, recuerda que “la historia del Higgs nace con el establecimiento de la teoría unificada de las interacciones débiles y electromagnéticas. Tres brillantes físicos, Steve Weinberg, Abdus Salam y Sheldon Lee Glashow, trabajando de forma independiente, crearon el llamado modelo estándar de física de partículas que explica cómo funciona el mundo de las partículas fundamentales. Este modelo adoleció de una explicación de por qué motivo existe
una diferencia tan grande entre la masa de un quark y un electrón por un lado, o por qué los bosones vectoriales, los mediadores de la interacción débil, tienen masa, mientras que el fotón mediador de la interacción electromagnética no la tiene”.
La
respuesta, expone el doctor Saavedra, la tiene el bosón de Higgs, “esta escurridiza partícula que recién aparece a la luz mundial, pero que era conocida por años en el mundo de la física teórica y que explica la diferencia de masa a través de la interacción de los quarks y electrones a través de la intensidad de la interacción de ellos con el bosón de Higgs”.
“Lo más excitante de este descubrimiento -prosigue el profesor PUCV- es la confirmación de algo dicho por Albert Einstein hace muchos años: ‘la física es principalmente una aventura del pensamiento’”.
Joel Saavedra afirma que la comunidad científica estará esperando “los nuevos descubrimientos que nos entregará el Gran Colisionador, que pueden ser la materia oscura, la súper simetría, las dimensiones extras, entre otros. De esta forma, la confirmación experimental de la existencia del Higgs es la punta del iceberg para los descubrimientos que nos depara el futuro”.
Gentileza de Claudio Abarca
Vicerrectoría de Investigación y
Estudios Avanzados