Constanza Hurtado y Juan Páez, egresados de Ingeniería Civil Industrial PUCV, cuentan acerca de su decisión de empezar su vida laboral de manera distinta. Ambos ingenieros decidieron, luego de egresar, destinar dos años para desempeñarse como profesores de Matemáticas y Física, haciéndose parte de la solución al problema educacional que vive nuestro país.

Constanza trabaja en el Liceo Politécnico José Francisco Vergara Etchevers, ubicado en el sector de Gómez Carreño de Viña del Mar, en la Región de Valparaíso. Juan en el Colegio San Pedro, en la comuna de Alto Hospicio, en la Región de Tarapacá. Uno es un colegio municipal, el otro particular subvencionado, pero ambos reciben a estudiantes que vienen de los sectores más desfavorecidos de sus comunas.

“Me motivó la certeza de que es necesario cambiar la realidad de la educación chilena, y que la mejor forma de lograr que los estudiantes tengan una educación de calidad es conociendo desde cerca los colegios y a las personas que forman parte de estas comunidades”, señala Constanza. Actualmente, ella enseña Matemáticas a estudiantes de 7º y 8º básico, y Física desde 1º a 4º medio.

Si bien la tarea es ambiciosa y para nada fácil, el paso por el programa de Enseña Chile es una instancia de crecimiento profesional y personal.

“He tenido la posibilidad de desarrollar la versatilidad de mi carrera en espacios no comunes, como lo es la sala de clases y la comunidad escolar. También el fortalecimiento de habilidades del manejo en grupo, organización del tiempo, expresión y comunicación de ideas, entre otras. En lo emocional, personas, historias, momentos que en días se traducen en sentimientos de frustración e impotencia, pero que muy comúnmente se transforman en alegrías y esperanza al ver lo que se puede lograr si nos ponemos las pilas y trabajamos por esto”.

Desde la perspectiva de Juan, ser profesor de Enseña Chile es perfectamente compatible con su formación de ingeniero.

“No siento que esto me aleja de la ingeniería. Un colegio es una organización que perfectamente se puede mirar con ojos ingenieriles, pues allí hay procesos, sistemas e información, y esta experiencia de dos años en la sala de clases aporta demasiado si es que en un futuro quisiera estar ligado a la educación desde la ingeniería”, comenta.

Agrega que lo que ha aprendido durante este año en la sala de clases, enseñando a estudiantes de 7º básico a 4º medio, es la dura realidad que viven los estudiantes de contextos más desfavorecidos: “Ver cómo muchos jóvenes se pierden por el simple hecho de vivir en un contexto vulnerable, da mucha rabia y pena; sentir que el talento está pero las oportunidades no”.

Con esta perspectiva, y como consejo a quienes han pensado en participar en Enseña Chile, argumenta que las expectativas laborales de un ingeniero, tales como un cargo determinado o cierta remuneración, no debiera pesar más que la motivación y el deseo de unirse a esta iniciativa.

“Para ser honesto, siento que a la hora de buscar tu primer trabajo tienes que hacer lo que se te dé la gana, lo que te dicte el corazón. Si quieres impactar en la educación de cientos de jóvenes y conocer la realidad educacional de tu país, eres más que bienvenido en Enseña Chile. Uno ingresa para intentar aportar a esta sociedad, y finalmente uno es el que se ve beneficiado y fortalecido con esta intensa pero gratificante experiencia de ser profesor”.

“Si lo han pensado pero no lo han decidido por miedo, ¡no teman!” agrega Constanza. “No es una decisión fácil, pero que no sea eso lo que los detenga. Ayuda hay mucha, pues somos muchos los que estamos convencidos de que para que hayan cambios hay que actuar. Así que confíen en que no estarán solos en este camino. Si la educación es lo que los mueve, ¡denle con todo!”, concluye.

Si quieres conocer más acerca de Enseña Chile, visita www.ensenachile.cl, o escribe a ahernandez@ensenachile.cl. Postulaciones abiertas aquí.


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Egresados de Ingeniería Civil Industrial trabajan para solucionar el problema educacional en Chile
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